Las Zonas Francas (ZF) de Uruguay son áreas de su territorio que gozan de ciertas exenciones fiscales, arancelarias y de otro tipo, y permiten libertades en el flujo de bienes y activos. Son una de las razones más comunes por las que los inversores internacionales suelen registran un negocio en Uruguay.
Los observadores del mercado predicen que, en los últimos 10 años, las zonas francas uruguayas facilitaron la inversión en el país de más de 5.700 millones de dólares. Este importe de inversión es tan significativo que se ha convertido en un contribuyente clave para la economía del país. Los sucesivos gobiernos han apoyado el marco legal de estas zonas durante más de 25 años.
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Uruguay – ¿Qué son las zonas francas?
Las 11 Zonas Francas de Uruguay permiten a las empresas llevar a cabo una serie de actividades comerciales con tipos impositivos nacionales reducidos o nulos, incentivos a la inversión y la exclusión de los derechos de aduana. El Área de Zonas Francas es la autoridad local encargada de la gestión de estas zonas, que depende del Ministerio de Economía y Finanzas.
Las zonas francas apoyan varias actividades de fabricación, logística y operaciones de almacén, identificadas por la ley de zonas francas como de interés nacional. Esto incluye el almacenamiento, el montaje, la comercialización, la manipulación, el depósito, la instalación y el funcionamiento, los servicios financieros y las actividades bancarias.
Las Zonas están ocupadas por empresas locales y multinacionales de diversos sectores, como el de las bebidas, los servicios, la transformación de la madera, la imprenta, la producción de juguetes y el farmacéutico.
¿Dónde están?
Las zonas francas ofrecen una mezcla de propiedad privada y estatal. La única FTZ de propiedad estatal se encuentra en Nueva Palmira, en la frontera con Argentina. Las otras 10 son de propiedad privada y se encuentran en:
- Montevideo
- Florida
- Rivera
- Colonia
- Nueva Helvecia
- Río Negro
Las plantas de celulosa propiedad de UPM, una empresa finlandesa, y de Stora Enso-Arauco, y gestionadas por ellas, están reconocidas como zonas francas en sí mismas.
Estas zonas fomentan la inversión y el crecimiento empresarial y laboral dentro de sus fronteras. Las empresas establecidas en las zonas están exentas de ciertos costes de propiedad intelectual y otros activos intangibles.
Trabajar en una zona franca
Las empresas que trabajan dentro de las zonas francas gozan de exenciones fiscales nacionales, lo que reduce considerablemente el coste de la actividad comercial en curso. Para poder disfrutar de las ventajas fiscales de las operaciones en zonas francas, las empresas deben aceptar y adoptar determinados estatutos en su constitución. Los estatutos son políticas por las que la empresa se regula a sí misma.
Además, las empresas que deseen entrar en las zonas francas deben firmar un acuerdo con el propietario u operador de esa zona, ya sea el gobierno o una empresa privada. A continuación, el acuerdo debe presentarse ante el Área de Zonas Francas. Los ciudadanos uruguayos deben constituir al menos el 75% del payrol l. Sin embargo, en el caso de los proveedores de servicios puede descender hasta el 50%.
Desde dentro de la Zona Franca, las empresas pueden trabajar con empresas o clientes extranjeros, departamentos locales y otras empresas dentro de la Zona Franca. Los actores comerciales dentro de las Zonas no están autorizados a realizar negocios normales con otros en territorio uruguayo, fuera de dichas Zonas.
Tratamientos fiscales
Entre los impuestos relevantes de los que disfrutan de exenciones los operadores de zonas francas se incluyen:
- Impuesto de Sociedades: se conoce como Impuesto a las Actividades Económicas (IRAE) y se aplica a un tipo del 25%.
- Impuesto sobre el Patrimonio: denominado Impuesto al Patrimonio (IP), aplicado a un tipo del 1,5%.
- Impuesto sobre el Valor Añadido: denominado Impuesto al Valor Agregado (IVA), con una tasa del 22%.
- Impuesto Específico Interno o “Impuesto Especial”: conocido como Impuesto Específico Interno (IMESI), aplicado a varios tipos diferentes
- Impuesto sobre el Control de las Sociedades Anónimas: llamado Impuesto de Control a las Sociedades Anónimas o ICOSA. Se trata de una tasa fija de unos 500 dólares estadounidenses, que se paga anualmente.
Los dividendos a los accionistas radicados en el extranjero también gozan de exención fiscal.
Aunque están exentas del impuesto nacional, las empresas de las zonas francas deben seguir pagando los impuestos de la seguridad social. Sin embargo, el personal extranjero de una empresa situada en una zona franca puede optar por excluirse del sistema de seguridad social del país. En este caso, la empresa y el personal extranjero están exentos de las obligaciones fiscales de la seguridad social.
En su lugar, los funcionarios extranjeros pueden pagar un “Impuesto sobre la Renta de los No Residentes”, conocido como Impuesto a la Renta de los No Residentes (IRNR). Este impuesto tiene un tipo fijo del 12%, que es potencialmente más bajo que el tipo del impuesto local sobre la renta de las personas físicas, que puede oscilar entre el 10 y el 30%.
Exenciones de derechos de aduana en una zona franca
Las exenciones fiscales se aplican a los bienes y servicios que entran y salen de las zonas francas. Esto incluye los que llegan a una de las Zonas desde una empresa que opera fuera de la ZF con sede en Uruguay.
La naturaleza objetiva de esta política significa que la exención se aplica independientemente de cómo el comprador o el vendedor puedan beneficiarse de ella. Esto incluye los envíos de mercancías desde zonas francas a compradores internacionales.
Sin embargo, las mercancías que circulan desde una de las Zonas hacia territorio uruguayo están sujetas a derechos de importación. Tenga en cuenta que las entidades comerciales no pueden utilizar las Zonas Francas para realizar negocios con clientes u otras empresas que trabajen fuera de dichas Zonas en territorio uruguayo.
Se hacen algunas excepciones especiales para las telecomunicaciones internacionales (como los centros de llamadas), los servicios postales, los servicios tecnológicos y la formación, así como la educación por correspondencia.
Libertad comercial
Las zonas francas no tienen monopolios estatales de mercado que trabajen dentro de sus fronteras, lo que fomenta la competencia libre y sana en áreas como el suministro de gas y las telecomunicaciones. El comercio de divisas y de recursos preciosos como el oro y otros metales también es libre.
Las transacciones comerciales en las ZF se realizan sin la intervención del Banco Central de Uruguay ni de ninguna otra autoridad económica. Una vez que la empresa inversora/incorporadora llega a un acuerdo con el operador de la zona franca, la responsabilidad de mantener las exenciones fiscales y otros incentivos recae en el Estado de Uruguay.
Preguntas frecuentes sobre las zonas francas de Uruguay
¿Cuál es el principal beneficio de tener una zona de libre comercio?
Al utilizar una zona franca en Uruguay, las empresas evitan el largo proceso de devolución de derechos. Los usuarios que destruyen mercancías en una zona franca no pagan derechos sobre las mercancías que destruyen, lo que puede beneficiar a una empresa con importaciones frágiles o procesos de fabricación que generan grandes cantidades de chatarra.
¿Qué es la zona franca en Uruguay?
Las zonas francas de Uruguay son marcos especializados diseñados para fomentar la inversión, la producción y el comercio de bienes y servicios. Desempeñan un papel crucial a la hora de atraer inversiones, crear oportunidades de empleo cualificado y ampliar el alcance de las exportaciones.
¿Cuál es el principal beneficio de una zona de libre comercio?
El principal beneficio de una zona de libre comercio es que permite a las empresas aplazar o reducir el pago de aranceles sobre las mercancías importadas, además de otras ventajas de ahorro de costes.
¿Cuáles son los requisitos para operar en las zonas francas de Uruguay?
La única estipulación para las empresas que operan dentro de una zona franca es que el 75% de su mano de obra debe estar formada por ciudadanos uruguayos. Sin embargo, en el sector servicios, una empresa puede solicitar la aprobación para emplear sólo un 50% de mano de obra local.
- No se exige que los directivos de la empresa sean locales.
- Para operar dentro de una zona franca, una empresa debe establecer un Vehículo de Propósito Especial (SPV), y presentar su acuerdo de usuario/arrendamiento junto con un plan de negocios al Ministerio de Finanzas.
¿Puede la externalización de nóminas ahorrar costes a las empresas en Uruguay?
La externalización de la nómina en Uruguay puede, en efecto, ahorrar costes a las empresas. He aquí algunos puntos clave a tener en cuenta:
- Reducción de los costes laborales.
- Cumplimiento y eficacia.
- Asequibilidad.
Biz Latin Hub puede ayudarle a trabajar en las zonas francas de Uruguay
Con zonas para el libre comercio y el flujo de bienes y servicios, Uruguay ofrece unas condiciones empresariales y de inversión muy competitivas para los agentes comerciales extranjeros. El gobierno, favorable a las empresas extranjeras, ofrece beneficios fiscales a largo plazo para los empresarios que buscan afianzarse en América Latina.
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